La expedición al volcán Villarrica ha sido una experiencia maravillosa. Estos hermosos paisajes sólo se pueden apreciar a fuerza de 8hs de ascenso constante luchando contra la falta de oxígeno, que comienza pasadas las primeras dos horas de ascenso. Los grampones en las botas se hacen tan indispensables como los picos para el hielo y la lucha contra la nieve que golpea el rostro, por momentos insoportable, hace que el uso de un casco, anteojos y pasamontañas ayuden a la batalla. Pero por fin llega la cumbre, si es que el clima lo permite, y allí la realización es completa. Un cráter inmenso del cual fluye el calor y los gases de la tierra misma bajo nuestros pies. La panorámica del al región llega su punto máximo cuando a lo lejos se vislumbre el volcán Lanin que nos mira desafiante esperando para hacer su cumbre.


